La Navidad: Esas fechas tan ¿entrañables?

La Navidad: Esas fechas tan ¿entrañables?

La Navidad trae consigo momentos mágicos, llenos de ilusión, amor, ternura, fiesta, luces… pero también es innegable que conlleva emociones paralelas como la tristeza, ansiedad, estrés, que nos invade en algunos momentos, que hace que a veces nos veamos superados por situaciones. ¿Qué nos ocurre en Navidad?

Socialmente la Navidad se entiende como un espacio para compartir básicamente con la familia, y eso puede ser estupendo, pero también puede ser foco de conflicto, ansiedad, tristeza por diversas  razones producidas por ciertas circunstancias que cambian.

Tengamos en cuenta que:

  • Pasamos mucho más tiempo en familia de lo que estamos habitualmente acostumbrados. En ocasiones el exceso de tiempo puede generar mayor posibilidad de conflictos.
  • Cambiamos nuestras rutinas. El ser humano está acostumbrado a las rutinas y en ellas encuentra gran parte del equilibrio. Incluso aquellas personas que aparentan ser más caóticas y desordenadas en su vida, tienen unas rutinas establecidas. Por ejemplo horario de levantarse, de desayunar, de ir al trabajo etc.
  • Echamos de menos a personas que no están con nosotros, los seres queridos que han fallecido o personas que actualmente no están y que en el pasado estaban: divorcios, hijos residentes fuera, etc. Estas ausencias producen cuanto menos un remolino emocional.
  • La preparación de comidas, cenas, celebraciones etc. es un motivo de estrés de absoluto. Por más a gusto que se hagan todos confiesas el  trabajo que dan, el orden y limpieza que suponen,… en definitiva estrés. Por más feliz que estés de organizar el evento, el estrés está asegurado.
  • El dinero es un importante factor de ansiedad: La navidad nos supone un sobrecoste muy importante en regalos, comida, viajes etc. Cuanta mejor gestión tengamos menos ansiedad o estrés nos producirá.
  • Familias con dificultades sociales, familiares o económicas: Es indudable que si eres una de estas familias pueden ser momentos duros en los que se hace aún más latente si no tienes familia, la soledad, la falta de apoyo o acompañamiento, o  si no puedes comprar todos los regalos que te gustaría, etc.
  • Viajes, traslados. En Navidad hay muchos más desplazamientos y aunque evidentemente puede ser una oportunidad para conocer sitios, ver a la familia, disfrutar del viaje etc. Es en muchos casos también un factor de estrés por lo que supone en hacer maletas, lavadoras, tiempo necesario para los viajes, revisión de coche, dinero de los trasladados, etc.

Empañar la Navidad con  estrés, ansiedad o tristeza es algo poco positivo. Si bien las emociones son intrínsecas al Ser Humano y son necesarias debemos gestionarlas para convertir la mayor parte, en emociones positivas, vitales y alegres. Para que esta época del año sea un motivo de plenitud.

Por ello ahora empieza lo bueno!! Existen pautas para evitar la ansiedad en Navidad.

Aquí os lanzo algunas:

  1.  Planificar con tiempo la Navidad. Todos los aspectos que podamos: Viajes, cenas, compras,…
  2. Hacer listados con las cosas que necesitamos:
  • Listado de compras de comida
  • Listado de compras de regalos
  •  Listado de asuntos pendientes
  • Número de invitados o celebración en casa.

Los listados facilitan mucho la organización y eliminan en estrés, dado que ya no tenemos que estar recordando todo, con miedo a que se nos olvide y permite planificar y tener una buena gestión del tiempo.

–          Hacer un cronograma en el que organizo la vida familiar y personal para dedicar un día a la compra de comida, otro a los regalos, etc.

–          Planificar una tabla económica sobre qué gasto podemos realmente tener y qué partidas. Cuanto gasto irá dedicado a cada tema. Tenemos que intentar no gastar más de lo que realmente podemos. Por ello hay que apuntarlo antes. Un gasto fuera de nuestras posibilidades puede ser un motivo importante de estrés y ansiedad.

–          Las reuniones familiares pueden en muchos casos generar conflictos. No se trata de quererse o no. Hay que entender que todos los miembros tienen sus circunstancias, sus vivencias, sus emociones, sus recuerdos, y en esta época…todo ello más a flor de piel…por ello, aconsejaría en esas cenas familiares lo siguiente:

  • Organiza y ten claro  qué actividades se celebraran en común.
  • Calcula el tiempo aproximado que se estará en la reunión.
  • Evita tratar temas que pueden ser complejos como religión, política, educación de los hijos,…
  • Evita juzgar las acciones de los otros
  • Tómate  espacios y respiros. Muévete, sal a la terraza, vete a hablar con los niños.
  • Si la celebración es en tu casa ten todo preparado con tiempo para que puedas sentarte media hora antes de que lleguen a descansar y relajarte.

Por último, una vez dadas algunas pautas para sobrellevar situaciones que podrían ser complejas, debemos tener presente que de nosotros depende que estas fechas sean maravillosas.

La navidad puede ser un momento increíble de ver a tus amigos, de ver a familia que hace tiempo que no ves, de reencontrarte con el pasado, de jugar con niños, de ver luces, de disfrutar viendo como otros son felices, de comer y beber, de tener vacaciones… así que recordemos que no se trata de las circunstancias, sino de cómo vivimos esas circunstancias. De ti depende.

 

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